“Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios".
Sí llego el momento de reunirte con tu amado Dios, a quien fuiste leal y fiel en todos los momentos de tu vida, aún en los que no fueron fáciles. Bienaventurada tú.
Llego el momento de sentarte a su vera y sentir su eternidad, mirarle a los ojos y llenar los tuyos con la plenitud de su amor, Bienaventurada tú.
Llego el momento de descansar de una vida entregada a los demás con la mayor de las humildades. Bienaventurada tú.
Llegó el momento de reunirte con tus hermanas de Jesús María, de conocer por fin a la maravillosa Claudina Thevenet, de estar con tus padres y hermanos que te han precedido… Tia Tere, Tia Conchita, Tia Menchu, Tio Jose, como bien dice tu sobrina Monica Parames .....” que de gente querida te habrá arropado y habrá celebrado tu llegada al cielo.”
Y ….. Llegó el momento de volver a estar con tu adorado Gerardo. Doy por sentado que raudo y veloz aunque con paso sereno, bajó a buscarte con su profunda mirada azul y con su sonrisa de medio lado y que en el alborozo de volver a estar juntos, os mirasteis y juntos emprendisteis un maravilloso y alegre viaje hacia la eternidad. Bienaventurada tú.
No puedes imaginar la ilusión que nos hace a mamá y a los cinco hermanos que ya estés con él… cuan bien y profundamente os queríais. Cuanto bien hiciste a nuestra pequeña y a veces tormentosa familia. De ese amor incondicional aprendimos los cinco hermanos y tu adorada cuñada Laura. Gracias por lo mucho y sobre todo por lo bien que nos quisiste. Gracias por las cosas que nos has enseñado, muchas, muchísimas y como dice Bea hermana, casi todas desde el silencio.
Decía la Madre Isabel Lopez Cotelo el otro día “Sentiros orgullosos de ser sobrinos de ella”. Si, Isabel si, es un orgullo poder decir que somos sobrinos de la Madre Covadonga…. El bien que hizo, lo hizo sin quejarse, sin que pareciera que hacía nada, sin que nadie se enterara. Pero era imposible no saber de quien venía…. su halo y su espíritu estaban ahí.
Has sido un bastón irremplazable tanto en la Congregación como en la gran familia Mendoza que se extiende hasta la maravillosa Asturias de cuya santina adquiriste tu nombre de religiosa, mención especial tienen mis cuñados.. también a ellos les conquistaste el corazón.
Ejerciste en tu vida de un montón de cosas, supiste ser… abuela, tía, hermana, profesora, amiga, confidente, siempre con la verdad por delante, firme, clara pero sin olvidar poner siempre una gran dosis de profundo amor.
Eras alegre, divertida, servicial, responsable, exigente, trabajadora, y como dice Javier Garcia Paquet solo la recuerdo de buen humor y positiva, Si bien no se le podía coger todo lo que quería expresar, siempre te felicitaba por lo bueno y restaba importancia a lo peor.
Fuiste siempre una mujer de esperanza serena y tranquila, esa esperanza que SOLO nace del amor y la entrega absoluta, del que se sabe seguro abandonado en los brazos de Dios.
En muchas ocasiones te hemos llamado… “Santa Madre”… creo que estás tocada por Dios de una manera muy especial y que tu vocación y entrega han sido un ejemplo. Y como también dice Beatriz hermana : Bienaventurados nosotros que tuvimos tan cerca a la SANTA y el trocito de cielo que representabaaaaaaa.....
Es verdad también que tu marcha nos ha dejado una pena, y como dice mi hija Maria “ mamá es que me siento un poco vacía por dentro”. No podemos evitar la pena, la falta y el vacío, y porque no abandonarnos a él un ratín… pero hagámoslo un ratín, solo un ratín porque del fondo de esa pena y vacío de hoy, volverá a resurgir todo lo que de ella hemos aprendido y llevamos dentro.
El miércoles cuando se lo dije a tu sobrina nieta Maria Paquet en Gijón, estas fueron sus palabras:
“Doy POR SEGURO que una vez saludados todos, se pondrá manos a la obra. ¡ Tiene trabajito!
¡Tendrán preferencia las sobrinas-nietas! Yo ya la llamé …..” Y consiguió hacerme reir …..
Ya sabes Santa Madre Covadonga,
Desde ese lugar privilegiado que como bien decía el otro día Tia MariPili “ya dijo San Pablo ni ojos vieron ni oído oyo lo que nos tiene preparado el Señor en el cielo.
te encomendamos nuestros corazones, los de toda la Congregación de Jesús Maria, y especialmente los de todos nuestros hijos a a los que les seguiremos hablándo de ti, para tenerte siempre presente…. Llénalos con tu humildad, tu entrega y tu bondad. Ayúdanos a todos los reunidos aquí a ser instrumento de Dios.
Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios. Bienaventurada tú que ya estás con Dios
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